Elsa Garcìa

La mujer convive con 50 animales que alimenta pidiendo dinero en la calleElsa García, la profesora que abandonó todo por vivir con perros callejeros La animalista pide ayuda porque ya no tiene recursos para alimentar a sus mascotas. Vive en una casa sin agua potable, sin luz eléctrica y sin baño.
M aría Elsa García está cansada. Hace tres días que no duerme y sus reservas de alimento se terminaron hace más tiempo, pero ella se niega a descansar. Dice que sus 50 perros necesitan alimentarse y no está dispuesta a abandonarlos. “Tengo frío y mucho sueño, pedir en la calle me da miedo, pero si no lo hago mis perros no viven, ya no puedo más y necesito ayuda”, suplica la mujer, que cada noche se instala en Lyon con 11 de septiembre a pedir limosna para sus cachorros.
Esta ex profesora de francés vive en una mediagua en Lampa, sin luz eléctrica, agua potable o baño donde poder asearse, pero no siempre fue así. Elsa era una mujer “acomodada”, trabajaba para la embajada de Francia, vivía en un departamento en Nuñoa, visitaba la peluquería con frecuencia y tenia planes de matrimonio.
“Mi novio me dejó porque se aburrió de los perros y mi familia me desterró de su lado. Me dicen que estoy loca y les encuentro toda la razón, porque hay que ser una loca de patio para cuidar animales en este país subdesarrollado donde ni los políticos se preocupan de crear campañas de esterilización o vacunación masiva”, dice la mujer de 57 años mientras llama a todo pulmón a “Lyon”, un viejo quiltro que la acompaña en su peregrinar callejero.
-¿Pero cómo perdió trabajo, amigos, casa?
-Todo empezó a principios de los noventa cuando el doctor me recetó tener una mascota para ayudarme a superar una depresión, ahí llegó a mi vida una perrita Shih Tzu que me enamoró y desde ese momento no pude dejar de tener animales. Comencé a recogerlos de la calle, gastaba todo mi dinero en ellos, incluso vendí mis joyas para poder cuidarlos a todos. De a poco me fuí quedando sin nada y un día dije: aunque tenga que pedir en la calle, mis perros no se van a morir. Y aquí estoy hace 5 años.
-¿Pidiendo en la calle le alcanza para alimentar a sus 50 perros?
-En la noche junto alrededor de 8 mil pesos y eso lo debo administrar en locomoción para poder visitar los diferentes caniles que tengo y comprar mínimo 10 kilos de pelet que necesitan los perros. Imagínate que prefiero hacer dedo para ahorrar el dinero del transporte y no gasto en comida, porque me importa más que ellos estén bien.
-¿Entonces donde viven sus mascotas?
-Los tengo repartidos en distintos lugares. Unos pocos en Lampa, otros en Lo Pinto y unos callejeros que están fuera de un depósito de fierros en Estación Central. Pero ahora estoy súper complicada porque me están echando de mi casa y con justa razón, hace muchos meses que no pago el arriendo.
-¿Le gustaría dejar la calle y volver a la buena vida?
-Me dan ganas de dejar todo y dormir por varios días porque la gente te trata como leprosa y te hace la vida imposible, pero al mirar la cara de mis perros me doy cuenta que no puedo abandonarlos. Eso sí, no puedo negar que me quedaron algunas mañas de mi buena vida como fumar cigarros Lucky Strike y bañarme con agua caliente.
-La única opción que le queda es regalar a sus perros
-No, cómo se te ocurre ellos, son míos, los adopté como si fueran mis hijos. La única posibilidad de entregarlos es que las personas me firmaran un papel asegurándome que los cuidaran y me den su dirección para ir a ver al perro aunque sea una vez al mes. Pero estaría muy agradecida si alguna agrupación animalista o personas se ofrecen a ayudarme con el cuidado de los perros, porque si me pasa algo mis animales quedan desvalidos.
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